Entre los indicadores que más empujaron a que la inflación aumentara a lo largo del territorio nacional se cuenta el que reúne a los alimentos y bebidas no alcohólicas.
Ese conjunto, para el caso de Medellín, tuvo una variación del 9,45% y de 9,81% para Colombia, lo que indica que aún no se revierten los altos precios de los alimentos causados por el paro.
El segundo rubro que más incidió en el crecimiento del costo de vida en la ciudad fue el correspondiente al de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un incremento anual en junio del 4,85%.
Seguido por transporte (4,75%), salud (4,68%), restaurantes y hoteles (4,52%), bienes y servicios diversos (3,64%), bebidas alcohólicas y tabaco (3,19%), prendas de vestir y calzado (2,37%), muebles, artículos para el hogar (2,17%), recreación y cultura (0,93%), Información y comunicación (0,24%) y educación (-9,92%).
El mayor impacto derivado de una inflación más alta termina por golpear el incremento del salario mínimo. Desde hace más de 20 años, los aumentos salariales se han hecho siempre por encima de la inflación.
Adicional, con la inflación suben los cánones de arrendamiento de vivienda, las cuotas de los créditos hipotecarios que se manejan según la Unidad de Valor Real (UVR), atado a la inflación, los trámites públicos como los servicios notariales se incrementan cada año de acuerdo con el IPC, comparendos de tránsito, cuotas moderadoras de las EPS, entre otros.
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